Está por acabar una semana inusual. Empezó con un par de días libres el lunes y el martes que empleé en aumentar mi fama de Demolition Man hasta cotas hasta ahora insospechadas. El miércoles se presentó con una agradable novedad en el trabajo donde parece que estoy llamado a ser el churrero de las herramientas.
El jueves empezó de forma francamente positiva, durante la mañana descubrí una aspirina que prometía ahorrarnos muchos quebraderos de cabeza. Lamentablemente por la tarde Microsoft se encargó de echarlo todo abajo al comentar que dicha aspirina creada por ellos en realidad no funcionaba como se suponía y que era más un placebo que otra cosa. Por la noche llegó el aceptable partido y la certificación de que ¡¡¡estar en forma rocks!!!
El viernes se arregló todo un poco y además empezó el carrusel de noticias maniatadas por el compromiso de confidencialidad. A ver cuánto tardan este año las primeras filtraciones. Luego, por la tarde, una siestecita de esas que hacía tiempo que no me echaba me dejó nuevo. Volví también a leer un rato ese libro en el que antes buscaba casi todas las palabras y ahora ya me conformo con entender la historia.
Y llegamos a hoy, sábado. En el fútbol éramos cuatro hasta que aparecieron dos, por lo tanto un tres para tres de estos que nos resuelven la vida últimamente. Todo ha ido moderadamente bien, aunque la verdad es que ligeramente peor que la semana pasada, no sé si por la falta del partido de los miércoles. La semana que viene lo sabremos. El partido de hoy ha incluido un poco de todo. En primer lugar una patada a destiempo que erró el balón y dio en mi bota me hizo perder el equilibrio y caer. Caer en el asfalto no es demasiado aconsejable; lo sé por experiencia propia. Pero afortunadamente caí bien. El resultado ha sido unos arañazos en la palma de la mano izquierda, el codo izquierdo y la rodilla izquierda. La cadera afortunadamente estaba más protegida y apenas se ha enterado. Esas fueron las partes que aterrizaron y la razón de tan poco daño ha podido ser que he caído con sentido y tras el aterrizaje, me he rebozado como una croqueta redistribuyendo la energía cinética inicial y aumentando la superficie de contacto y por tanto disminuyendo la presión.
El partido continuó y las malas noticias fueron dos pinchazos musculares que vamos a ver cómo están la semana que viene. A ver si al menos la semana que viene se apuntan algunos a los que ya les toca :-). Volví y también de forma inusual, esta semana no tenía que hacer una parada intermedia. De igual forma, en casa tampoco tenía partido de Hattrick ya que el descenso frustró mis opciones de promoción. Y encima el rival que me quitó esa plaza no ha sabido defenderla y también va al hoyo. Pero bueno, el Hattrick es así :-).
Así que como estaba cansado y no tenía partido, me fui a la tele, esa que tan poco veo. Pero claro, esta vez iba buscando algo, iba buscando al "Ultimate Survivor" Bear Grylls. El programa es entretenido y el tío tiene muy bien puesto el nombre porque come de todo :-). De todas formas es cierto que en un momento dado puedes creerte que las cosas son así como las muestran y ya está, te das cuenta rápido de que va con su gente que tienen que acampar bien y que es improbable que se alimenten de las cosas que lo hace él pero bueno, aunque lo veamos como una historia de superviviencia salida de un guión, sigo pensando que es muy interesante. Y además las caídas y los barrancos son genuinos y a uno, desde fuera de la pantalla, se le corta a veces la respiración.
Y para terminar con el atípico sábado, ahora mismo el cielo amenaza lluvia y de hecho llueve en algunos sitios de Málaga a pesar de que tanto las páginas de Weather Channel, de AEMet y de AENA se empeñan en decir que no :-). Así que nada, esperemos que tengan razón y mientras que suenan las canciones del Spotify, yo me preparo para salir a dar una vuelta ... sin mojarme.
Un saludo, Domingo.
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