sábado, 25 de abril de 2009

En la lista de transferencias (Relato)

Manuel Logambino y Daniel Menéndez se encontraban entrenando en las instalaciones de MEquipo Stadium como de costumbre. Bajo la supervisión de Georg Leuthner, antiguo jugador y actual entrenador de MEquipo, los dos canteranos habían ido progresando hasta alcanzar un nivel "magnífico", si bien, todavía tenían margen de mejora.

En Hattrick los niveles van por números, desde el "no sabe" o incluso "desastroso" que significa que el jugador no se le da en absoluto bien esa característica (la defensa, la delantera, el centro del campo, la portería, etc), hasta el "divino" que se puede llegar a alcanzar tras años de entrenamiento. Manuel y Daniel en particular jugaban de extremos. Ambos tenían un muy buen nivel de lateral fruto del entrenamiento y, aparte, también poseían habilidades secundarias para el puesto como podían ser la capacidad de crear jugadas o de dar pases. Por último, ambos también tenían características especiales muy valoradas en su posición: Manuel era "rápido" y Daniel era "imprevisible".

Ambos sabían también que habían llegado probablemente a su techo en el equipo pues a partir de magnífico los sueldos se disparan y además cuesta mucho trabajo conseguir aumentar un nivel. Por tanto, eran candidatos para entrar en la lista de transferencias. A pesar de todo, no eran los únicos. Había otras personas con alto nivel en defensa y "aceptable" en lateral a los que también se les entrenaba como carrileros aunque en este caso, la progresión solía ser tan lenta que prácticamente en cuanto llegaban a un nivel "excelente (mucho menor que "magnífico"). De igual forma, también había otros jugadores con más edad y que por tanto progresaban mucho más lentamente que eran fichados para subirles uno o dos niveles a lo sumo y posteriormente ser vendidos.

La venta no era necesariamente un mal negocio. Normalmente el importe era elevado pues en IV división los jugadores ya tenían que ser bastante buenos y por tanto caros. De hecho, solo 700 de los más de 60.000 equipos de España estaban en IV división o por encima. Además, del importe de la venta, los agentes del jugador se llevaban un porcentaje variable que podía llegar incluso a 200.000 o 300.000 euros en las ventas más beneficiosas. De esas cantidades, una cantidad importante iba directamente para los bolsillos de los jugadores.

Por este motivo, los jugadores normalmente se encontraban divididos entre ser transferidos con la lógica incertidumbre de cómo sería su nuevo equipo y permanecer en el equipo al que sin duda le tenían un cierto aprecio. Lo del cambio de equipo no era baladí, pues con la cantidad de países, divisiones y equipos, era posible que te fichara algún equipo que quería construir en torno a ti ese equipo ganador pero que todavía tardaría varias temporadas en ser competitivo y por tanto tú pasarías tu vida deportiva siendo cabeza de ratón cuando en realidad lo que querías era ser cola de león.

Pero, a pesar de todo, no había nada que ellos pudieran hacer para cambiar el sistema. El sistema era así y al que no le guste ... hombre, a ver, siempre podían ir a Domingo, ese "mánager" del equipo y comentarle directamente que querían cambiar de equipo. Y a saber qué pasaría. Era por todos conocido que Domingo era un gestor sin escrúpulos que manejaba personas con el único objetivo de sacar beneficio económico que permitiera luego obtener un beneficio deportivo.

Para complicarlo todo, Domingo había conocido días mejores. El equipo se encontraba ahora en crisis pues tras ganar cuatro partidos seguidos y avanzar con pie firme por la copa, había pasado a perder otros seis partidos (cierto es que alguno inmerecido) y el equipo se asomaba ahora a los abismos del descenso. El Hattrick es así, se suele decir, y cuando un equipo coge una mala racha, es difícil que la suelte. De hecho, a base de reforzar centro del campo y defensa había conseguido un meritorio empate en circunstancias adversas y una victoria muy trabajada tras varias lesiones. Estos cuatro puntitos hacían presagiar el final del túnel y poder concentrarse en el partido de promoción que el equipo jugaría por quedar 5º o 6º.

En estas circunstancias se encontraban Manuel y Daniel, casi más absortos en la situación del equipo que en el propio entrenamiento cuando se dieron cuenta de que era hora de comer. Dejaron por tanto el entrenamiento para ir al buffet que había disponible, en la ciudad deportiva, solo para los jugadores de las diferentes categorías del equipo, plantilla y hasta el presidente. Manuel y Daniel tomaron asiento y tras pedir ambos un único plato tal como últimamente hacían, con el doble objetivo de mantener el peso y de ahorrarse unos eurillos pues el buffet se aprovechaba de que todos los jugadores comían allí para subir los precios. Y es que podían estar bien pagados, pero seguían jugando en IV división; no eran millonarios.

Manuel se pidió un refresco de cola, a pesar de los consejos en contra del fisioterapeuta que lo mejor eran los zumitos. Daniel por su parte se pidió una botella de agua. Mientras esperaban la venida de sus deliciosos manjares, matando el hambre con unas apetecibles aceitunillas aliñadas y unos piquitos de pan, a poder ser tostaditos, volvieron a la carga sobre el tema que los tenía a maltraer.

Manuel: ¿Te has enterado de algo más?.
Daniel: No, de nada. Lo único que sé es eso; que este viernes, tras la actualización de la forma, van a poner en venta a uno de los jugadores titulares de la plantilla. El agente HT que fue testigo de la charla afirma que esta venta causará un gran revuelo pues se trata de una de los jugadores insignia del equipo.
Manuel: Pues jugadores de esas características ya quedamos pocos.
Daniel: Pues sí, de todas formas yo apuesto por Carlos Freire, ese defensa "excelente", "destacado" en jugadas y en balón parado. Acaban de fichar al César Struch ese que es viejo pero el tío es un máquina. A ver si nos ayuda a apuntalar la defensa que buena falta nos hace. Y eso, como te decía, Carlos ya no tiene mucho sitio ni como defensa ni como centrocampista. Yo creo que puede ser él.
Manuel: Hombre, no sé, yo porque estoy jugando en el equipo titular que si no, tampoco descartaría que fuera yo.
Daniel: Ya pero fíjate, yo también era titular y en los últimos partidos, con eso de meter todo al medio para compensar la carencia de espíritu, estoy de suplente.
Manuel: Bueno, a ver qué pasa. ¿Has visto este fin de semana al Bear Grylls?. Esta vez creo que no se ha meado en ningún sitio pero comerse sí que se ha comido otra vez todo lo que ha pillado y más. Hasta se llevó carbón por si las porquerías que suele comer le soltaban el estómago y tenía que pegarle un par de bocados al carboncito de marras.
Daniel: sí, esta vez sí lo he podido ver, tanto el sábado como el domingo.
....

Y así la conversación derivó a algún otro de los lugares comunes en que ambos habitaban. Poco después, en el entrenamiento vespertino, Daniel llegó con "El Marca" de HT y en uno de los mensajes del Foro discutían acaloradamente la política de fichajes y ventas de MEquipo. En esa discusión, aparentemente, uno de los jugadores comentaba no sentir ningún miedo pues su rendimiento era muy bueno y su sueldo más bien bajo. Poco más abajo en un pulcro inglés un jugador de otra liga le contestaba:

Be on the turf, be best friends with the Manager and you are safe (go drinking or shoe shopping with him/her, that’s how you stay and get ahead). Quality of play saving you is debatable.

Manuel y Daniel reían a mandíbula batiente. No se imaginaban quién podría haber soltado la primera perla; quizás era alguien haciéndose pasar por un jugador, que era lo más problable. El caso es que la anónima respuesta era de los más hilarante a la vez que certero que habían escuchado en mucho tiempo.

Y en estas que llegó el tan ansiado y temido día. El viernes, con su actualización de forma tanto para bien como para mal y el entrenamiento matutino. La actualización de forma que no había deparado muchos sobresaltos salvo que el joven lateral que habían fichado hacía no mucho había subido su nivel a "Formidable" aunque todavía tendría que subir bastante. Los sobresaltos empezaron a llegar cuando se enteraron de que uno de los compañeros que más tiempo llevaban allí y que ya casi ni entrenaba, solo cogía entrenamiento residual, había sido declarado transferible. Los rumores se dispararon y todo el mundo pensaba que podía ser el siguiente.

Dándole vueltas a esta posibilidad, Daniel miró atónito cómo Carlos Freire hablaba con el entrenador, luego con el fisio para definitivamente diri girse a Manuel. ¿Habré acertado? ¿Habré acertado?", se preguntaba. En cuanto ambos se separaron, se dirigió a Manuel a preguntarle. "No, venía por si yo sabía dónde estaban los conos del entrenamiento; solo eso". Bien, parecía seguro que no sería Carlos el elegido. La pregunta que ahora les invadía no era tanto si sería Carlos el elegido como si realmente habría un elegido. Al fin y al cabo se trataba de un rumor y ya sabemos lo que pasa con la mayoría de los rumores.

Así que Daniel, escasamente centrado en el entrenamiento decidió ir al banquillo a coger una botella isotónica del Mercadona, de esas que contiene agua verde con sabor a limón, y le dió un buen trago con el que repuso la mayoría de las sales que había perdido a causa de las altas temperaturas que hacía en aquellos días a finales de abril. Volvía alegremente con su botellita hacia el lugar donde los demás compañeros hacían un rondo cuando se le acercó César y con la cara descompuesta le dijo:

"Domingo ha llamado a Manuel y este ha dejado el entrenamiento; yo creo que lo han puesto en la lista de transferencias".

Un saludo, Domingo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Real como la vida misma...

besos