sábado, 4 de abril de 2009

Today could be your last day

Eso ponía en un post-it en la mesa de un compañero de trabajo peruano de Madrid. Esta semana estuve en Madrid miércoles y jueves por motivos de trabajo. En realidad solo me dio tiempo de estar en el trabajo junto con el otro compañero al que acompañaba y poco más ya que el miércoles por la tarde fui a comprar algo para cenar en el supermercado del centro comercial anexo y luego me dirigí al hotel con la firme idea de descansar todo lo que pudiera del viaje en tren de ese día y para el viaje en tren del día siguiente. Lo conseguí, aunque entre medias me dio tiempo de ver la victoria de España 1-2 contra Turquía :-).

Volviendo al grano, el post-it tiene relación, de forma casi inevitable, con la crisis económica y cómo afecta a nuestras empresas y en particular a la mía. Y he aquí donde me encontré con una interesante disyuntiva que hasta ahora nunca se me había presentado; al menos no de forma tan clara. Este blog es un diario, nació con esa vocación y aunque ha servido también de medio para exponer alguna que otra cosa tales como relatos, rimas etc, esa sigue siendo básicamente su misión. Pues bien, hasta ahora simplemente cuando quería decir algo sin decirlo lo hacía. Le buscaba los tres pies al gato, omitía lo que no quería decir, maquillaba lo que sí y me daba pistas a mí mismo para el día que quiera volver a leerlo completo (si es que ese día llega). Si no, me conformo con ir retrocediendo de vez en cuando para ver qué es lo que decía en tal o cual ocasión.

Pero con la empresa hemos topado ... o casi. Cada cierto tiempo sale (o salía porque ahora los blogs parece que llevan las de perder con las redes sociales a las que yo por ahora me resisto con saña) una noticia de un blogger que ha tenido problemas con su empresa a causa de los comentarios que sobre la misma vertió. Y claro, la duda aquí es qué podría decir yo sobre la mía que pudiera ser interpretado de la forma que fuera llegado el momento. Entiendo que las cosas típicas que pasarán en todos los lados ... donde pase lo mismo. En un momento dado no sé si podrían decir que aunque no haya mencionado el nombre (creo que nunca), a lo largo de los años he dado suficientes pistas como para poder saber cuál es y además que mis opiniones mal entendidas pueden ayudar a socavar su buen nombre. Evidentemente para eso habría que cogérsela con papel de fumar pero bueno, para otras cosas, quizás, menos importantes me la he cogido :-).

Así que dejémoslo en que este chico, muy simpático e inteligente temía por su puesto de trabajo. Yo mismo creo haber dicho aquí en algún momento que aunque no temía por el mío o no demasiado, llegado el momento evidentemente me podría ver afectado. Sería de necios pensar lo contrario. Y si no pienso así, cómo no lo va a pensar una persona que no trabaja en su país de origen.

Pero bueno, cosas de empresa aparte, la verdad es que echamos un buen rato durante los dos días que estuvimos ya que, aunque no trabajábamos directamente con él, sí que se vino a comer con nosotros los dos días. El segundo por ejemplo estuvimos hablando un poco de todo. De fútbol, él simpatizante del Barcelona pero también sufridor porque Perú había caído 3-0 contra Brasil. Quizás también más dolido porque Bolivia había ganado 6-1 a Argentina :-). No se lo pregunté pero creo que si viviera en Málaga tendríamos otro más para los sábados jejeje.

Aparte del fútbol luego estuvimos hablando de política peruana. Nos contó algunos detalles que aquí en España nos pasan un poco más desapercibidos como su experiencia de niño cuando los grupos terroristas con Sendero Luminoso a la cabeza tenían en jaque al país y aterrorizaban en particular a su familia debido a la profesión de su padre. En este sentido los desmanes de Fujimori fueron algo así como los del héroe (sofocó en pocos años a estos terroristas) que cae en el lado oscuro (también llamado Montesinos). Él parecía particularmente dolido por el hecho de que ahora mismo se le estuviera juzgando por acabar con los terroristas en vez de por llevarse el dinero a espuertas.

En fin, la verdad es que no sé si volveré a tratar con él. Es probable que no. De hecho ellos utilizan una herramienta que es la misma por la que fui a Madrid hace casi 9 años. Eso sí, le habían cambiado el nombre y el aspecto y ni si me pasaba por la cabeza que fuera a ser exactamente lo mismo :-).

En cualquier caso, es un ejemplo más de cómo empieza a volar el tiempo. En diciembre hizo 10 años que terminé la carrera, en marzo 9 que entré en la empresa, mi tío cumplirá en unos días 50 años y no hace nada que se casó. Bueno sí, hace ya 25 años y yo tenía 7 u 8. Pero todavía recuerdo que pinchamos a la vuelta de la boda :-). Pero bueno, ahora hay que centrarse en lo que hay que centrarse y esta semana santa mi intención es sacar mi lado más destructivo. Maza en una mano, cincel en otra, martillo en otra, radial en otra ... o quizás por turnos, a saber. Ayer por lo menos quité la cocina a falta del mueble de la nevera :-).

Un saludo, Domingo.

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