jueves, 10 de diciembre de 2009

Más macgyverismos

Ahora mismo no recuerdo si ya he titulado alguna entrada anterior con este nombre. Vale sí, precisamente en el blog de Bratislava: http://donmingobratislava.blogspot.com/2009/07/1307-macgyverismos.html . Ya me sonaba a mí :-). En cualquier caso, esta vez no se trata de abrir latas sin tener abrelatas. O quizás, sí. Bueno, la verdad es que sí, que está bastante relacionado.

Todo esto es porque el mandarino que supuestamente daba kilos y kilos de "naranjas" parece que ya ha echado la cosecha de este año. Posiblemente haya que podarlo para maximizar su producción a la vez que se minimiza el volumen de la copa, aunque parece que hay que esperar a que sea su momento. En cualquier caso, este año el mandarino ha debido dar un par de kilos de mandarinas, probablemente. La mayor parte han sido engullidas por mí con delectación tanto por el fruto en sí como por la recolección del mismo. El caso es que una buena parte de las mandarinas estaban fuera de mi alcance así que se hacía necesario dejar que la gravedad actuara o ... echarle una mano. Y eso fue lo que decidí. Una vez había recogido aquellas que habían cometido la imprudencia de ponerse a mi alcance, fui a por las que habían sido más precavidas.

¿Y cómo lo hice?. Pues de forma parecida a como, siendo un adolescente, había cogido una pelota de ping pong que había caído en un jardín al que no teníamos acceso. En aquella ocasión, una rápida plegaria al espíritu del bueno de Mac me iluminó y agarré un mapa parecido al que él había usado para recoger una llave, esconder un palo, deslizarse por unas dunas y tapar un agujero en un globo. Mi uso fue más modesto, lo enrollé procurando que el diámetro fuera ligeramente inferior al diámetro de la pelota y, apretándolo contra ella, quedó dócilmente capturada en su interior. El resto fue ya recoger velas y recuperar la pelota una vez había decidido voluntariamente volver por la misma ventana por la que se fue.

En este caso no tenía mapa, ni estaba claro del todo que la mandarina decidiera de motu propio quedar atrapada dentro del mapa enrollado. Vamos que las mandarinas no iban a ser enrolladas aunque yo intentara serlo con ellas o al menos con el mapa. Así que me tuve que buscar la vida o mejor dicho, los clavos. Con cuatro tornillos de considerable longitud y un pedazo de madera me fabriqué un peligroso instrumento de guerra que en mis recolectoras manos se transformó en un "coge-mandarinas". El truco estaba en dejar que la mandarina entrara entre los cuatro tornillos para luego tirar en el ángulo adecuado y que la Mandarina, atrapada, decidiera libremente servirme de postre. Así cayeron, una tras una, todas las mandarinas excepto una, la única superviviente hasta ahora, que se encuentra demasiado alta. Con esta supongo que tendré que esperar a que me ayude la gravedad. ¿Su estado?. Pues el 70% salieron perfectamente y el 30% restante se resbalaron en la caída y se espachurraron un poquito en el aterrizaje pero bueno, no se puede hacer una tortilla del supermercado sin que la empresa que la cocinó y la envasó rompiera algún huevo :-).

Por lo demás, siempre hay algún que otro Macgyverismo que te deje un buen sabor de boca que quite el mal sabor de boca de haber roto una lámpara. Por ejemplo, ayer conecté el cable de antena del satélite con el receptor sin necesidad de clavija ni nada. Un par de cortes, meter el hilo directamente en la cavidad destinada para ello y a ver qué tipo de canales nos tenía reservado el Astra. Y así hasta el próximo macgyverismo que a saber cuándo será :-).

Un saludo, Domingo.

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