Durante los últimos días he escuchado varias veces eso de "Las historias del Abuelo Cebolleta". La primera probablemente fue aquí. El caso es que tenía esta entrada pensada (bueno, en realidad tenía pensado sólo el detalle principal) desde hace algún tiempo y precisamente hoy, al intentar exponerla, me he encontrado con mis propias batallitas del Abuelo Cebolleta.
Pues bien, el caso es que prácticamente con la renovación del blog llegó un enlace nuevo al mismo, http://lasilladelanovia.blogspot.com/ que no es ni más ni menos que el único blog en el que yo no participo que he enlazado. Hace tiempo, sí que tuve; dos o tres que yo recuerde. Pero el devenir de los tiempos hizo que los quitara y que decidiera no añadir ninguno más. En algunos casos eran blogs que existían pero no se actualizaban, en otros eran blogs que eran dados de baja por sus dueños, otros pertenecían a personas con las que, por el motivo que fuera, acababa sufriendo un desencuentro ... total que, vista la racha, decidí que mejor no enlazaba ninguno más.
Y eso ha sido así durante varios años hasta que este, el quinto año de existencia del blog que inaugurara hace ya hace cuatro años y pocos días. Pero esta vez ha sido diferente. Y es diferente sobre todo por la persona que escribe en él. Sin entrar en disquisiciones con Giovanni acerca del significado de la palabra "amigo" o equivalentemente de la palabra "amistad", su autor es un amigo mío.
Y he aquí el lugar donde empiezan las batallitas: hará posiblemente más de 20 años y menos de 25, pregunté a mi padre que qué amigos eran mejores, si los amigos de niño o los amigos de mayor. Él me contestó sin dudarlo que los de mayor y luego me explicó que los de niño se acaban perdiendo. No lo sabía entonces pero en el fondo de esas palabras estaba esa conocida frase que reza de forma parecida a la siguiente: "No dejes que crezca la hierba en el camino que une nuestras casas".
Para mí era, entonces, incomprensible que yo pudiera perder la amistad con mis amigos. Supongamos que tuviera 10 años, a ellos los conocía desde hacía, como mínimo, 4-5 años. Vamos, llevaba con ellos prácticamente la mitad de mi vida. En este saco podemos meter a los amigos del colegio y a los vecinos. Con los vecinos conservo más contacto y nos vemos de vez en cuando pero en cambio a los amigos del colegio espero que les esté yendo bien porque realmente no sé nada de ellos desde hace bastante tiempo.
Este es quizás un tema recurrente, pues me consta haber hablado de algo parecido y haber tenido la oportuna réplica de Giovanni, pero que conste que esta vez no tiene nada que ver con la anterior, simplemente se trata de lo mismo :-).
Posteriormente llegaría el instituto y los amigos que acabamos coincidiendo muy probablemente por ser buenos estudiantes, siguiendo la costumbre patria (y no digo que sea incorrecta) de agrupar a los alumnos "buenos" en las clases A y B de los institutos. El instituto pasaría y llegaría la universidad con personas con las que no tenías mucho contacto y ahora sí tienes más (aunque sea por internet), personas con las que tenías contacto y luego lo has perdido y, por último, las personas con las que sigues manteniendo el contacto.
Bueno, también está el grupo de las personas con las que no tenías mucho contacto y ahora sigues sin tenerlo pero cuando te ven te piden el móvil por si puedes ir un día a contarles a los alumnos cómo pueden ser las salidas profesionales para que se sigan matriculando de Matemáticas en la universidad :-).
En este caso, no hablamos de este último grupo, a pesar de que la provincia donde "vive" esa universidad pueda coincidir con la provincia donde vive el del blog. Nos quedamos pues con el grupo anterior, compañeros de universidad con los que mantienes el contacto y de hecho se reúnen para ir a la boda de uno de ellos etc. De ese selecto grupo, el que se casó recientemente es la primera persona con la que trabé conversación el primer día de universidad, hace ya 14 años y pico. Al segundo lo empecé a conocer más, a finales de primero, hará ya mismo 14 años. Y con el del blog sucedió una de esas historias del abuelo Cebolleta según la cual una revisión de un examen llevó a otra que acabó con un sonoro "¡¡¡Joé macho!!!" a un profesor lo que acarreó una expulsión de un despacho por desconsideración al mismo :-).
La verdad es que está "guay" esto de las historietas. ¡¡Qué tiempos!!. Y al hilo de esta historia, precisamente la semana pasada me encontré con dos profesores de Análisis Matemático en la puerta del Corte Inglés. Yo esperaba pacientemente paseándome entre dos puertas ya que no sabía por dónde llegaría mi interlocutor cuando vi salir del centro comercial del que no pienso hacer más propaganda de la ya hecha a mi profesor de Análisis Matemático IV, ese que por otro lado tanto gustó al del blog y que a mí, en cambio, no me terminó de entusiasmar. Aparte del ritmo monónoto de las clases (eso sí, monótono pero a velocidad de vértigo, fue la asignatura en la que más apuntes tomábamos, con diferencia), el contenido tampoco me hizo tilín. Me gustó mucho más el V, pero eso es otro tema.
Eso sería sobre las 7 de la tarde y un poco más tarde cuando ya me había despedido, salía yo del centro para buscar a mi interlocutora cuando vi entrar a la persona interpelada con ese sonoro "Joé macho" hará pronto otros catorce años. Entraba junto con una señora más o menos de su estatura a la vez que empujaba un carrito de niños con una niña de unos 4 años o así.
Al anterior no lo saludé porque tampoco tenía mucho sentido. Mi relación con él no fue más allá que la correcta relación entre profesor y alumno que no juega al ajedrez en clase :-). Aunque sí es cierto que con él nos dio un ataque de risa que no podíamos controlar. ¿A quién se le ocurre escribir en la pizarra "En 1972"?. Sin dudarlo, esa frase sólo puede ir acompañado por:
"un comando compuesto por cuatro de los mejores hombres del ejército americano, fueron (sic) encarcelados por un delito que no habían cometido. No tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos. Hoy , buscados todavía por el gobierno, sobreviven como soldados de fortuna. Si tiene usted algún problema y si los encuentra, quizás pueda contratarlos. TATATATATATA .... El Equipo A".
Pues eso, que no saludé al primero y al segundo pues la verdad es que tampoco; lo reconozco. Quizás por no interrumpir, quizás por ¿vergüenza? o quizás porque pensé que era más importante el haberlo visto que el saludarlo de forma probablemente rutinaria. Aunque ahora que lo pienso, quizás debí hacerlo. Hubiera sido una forma de reconocimiento a un profesor y el hecho de que él lo agradeciera o no, ya era problema suyo.
Bueno, como siempre me desvío. Todo esto era por recordar esos 14 años desde que empezara la universidad y la gente con la que se mantiene el contacto, empezando por el caminante que escribe en ese blog. Curiosamente, ese caminante al que tanto gusta caminar, comparte algo de nick con otro compañero de universidad que conocería un par de años después y que hoy es "El explorador paciente". Pero eso será ya otra historia. Lo que es la de hoy, la acabaré deseando que ese blog dure mucho tiempo, de forma que yo tampoco tenga que modificar el enlace en el mío :-).
Un saludo, Domingo.
sábado, 17 de enero de 2009
El Abuelo Cebolleta
Etiquetas:
diario
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2 comentarios:
Me gustaría leer esas disquisiciones de Giovanni sobre la amistad. Seguro que sería interesante.
Por mi parte, lo tengo claro. Yo tengo dos conciencias, una interna y otra externa. La externa se llama Domingo Martínez López.
Umm, quizás el sistema de comentarios de Blogger no es el mejor método para comentar esas disquisiciones así que mejor te las mando en un correo y le pondré en copia por si quieres preguntarle algo en concreto :-O.
Sobre lo de tus conciencia exterior ... yo diría que ahora mismo tienes una y ya mismo tendrás tres :-).
Un saludo, Domingo.
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