Por motivos que no vienen al caso, dudaba yo anoche si tardaría en conciliar el sueño o no. Todos tenemos una cierta tendencia a no poder conciliar el sueño cuando hay algo que nos ocupa y posiblemente nos preocupa. Nunca he tenido excesivos problemas para dormirme y sólo en algunas ocasiones me ha sucedido lo de quedarme una o dos horas en vela hasta que, no se sabe muy bien cómo, el sueño simplemente me venció.
No sé si será lo normal, aunque entiendo que sí, pero ya de niño me llamaba la atención la facilidad que tenía para levantarme temprano los días en que había que levantarse temprano. Era como una especie de alarma interna que te decía que si mañana tienes que levantarte a las 6 para hacer un viaje, a las seis menos cuarto ya estaba completamente despierto. De hecho, la precisión con la que me levantaba me sigue causando asombro todavía.
Los dos párrafos anteriores no guardan demasiada relación entre sí salvo que están relacionados con el sueño, el primero al acostarse y el segundo al levantarse. Lo que ocurre en este caso es que entre anoche y esta mañana he estado pensando en los dos. En el primero porque efectivamente tenía la duda de si tardaría en dormirme o no; duda despejada finalmente en favor del no. Y el segundo porque esta mañana me desperté antes de que sonara el despertador ... despertador que de todas formas no iba a sonar porque se me olvidó ponerlo ayer.
Es curioso porque normalmente los sábados casi siempre necesito el despertador para levantarme a jugar al fútbol, pero hoy precisamente no ha hecho falta. En su lugar, me he despertado con un estado intermedio entre sueño y vigilia en que era consciente de que faltaba tiempo para levantarme y era consciente de que estaba soñando. De hecho consideraba que estaba soñando la segunda parte de un sueño que habría tenido ayer. Tras despertarme, creo que simplemente sería la segunda parte de un sueño anterior.
Me encontraba pues medio dormido, soñando, y, medio despierto, razonando si aquel sueño no sería debido a algún tipo de obsesión debido a la temática en común que compartían el del supuesto día anterior y ese mismo que estaba teniendo. En el sueño anterior, del que sólo recordaba algún detalle, tenía que ir a Portugal (posiblemente Lisboa) por trabajo. Y antes de ir me encontré con algún compañero que ya había estado durante dos días y que me comentaba cómo yendo a algún edificio (quizás el hotel) , se había encontrado con el mismo taxista y exactamente a la misma hora, las 14:08. Además comentaba algo curioso del taxi a lo que supuestamente se había tardado en acostumbrar. El sueño acababa de forma profética augurándome que yo también cogería ese taxi a la misma hora.
Por otro lado, en el nuevo sueño me encontraba por allí en compañía de dos personas (no sé quiénes) cogiendo un taxi para ese mismo hotel. Yo estaba sentado al lado del taxista en un asiento con unos salientes raros en los que efectivamente era incómodo sentarse y, a diferencia de mi interlocutor en el antiguo sueño, no conseguía adaptarme. Fue llegando al final del trayecto cuando me di cuenta de la conexión entre los dos sueños, el detalle de aquella cosa rara y posiblemente que, al igual que en el nuevo sueño, dentro del taxi también había algún animal; un perro o un gato.
Curiosamente fue el taxista el que, con algunos de sus gestos, estableció claramente la relación entre este sueño y el anterior. Esto tendría lugar, aproximadamente, cuando ya llegábamos a nuestro destino. Su cara parecía decirme algo así como ... ¿ves cómo tu amigo tenía razón, que has cogido un taxi en una calle cualquiera y he tenido que ser yo el que pasara?. En ese momento me di cuenta de que eso estaba bien pero que no eran las 14:08 sino que eran por lo menos las 16:00. Es decir que el vaticinio no se había cumplido en su totalidad. De todas formas no es reprochable que el taxista acertara tanto; bastante es que yo lo parara en una calle cualquiera :-).
El sueño duró un poco más, pero poco más. Me fui despertando cada vez más hasta que ya decidí que hasta sin reloj, era hora de coger los bártulos para jugar al fútbol. Una vez despierto, el sueño se difuminó hasta casi perderse ... como todos los sueños. Además, acumulé una experiencia que hasta ahora no había tenido o que al menos no recordaba y es ese momento tan vívido en el cual me encontraba soñando pero despierto o despierto pero soñando.
Por cierto, tampoco es desdeñable el dato de que mi parte vigilante se alegró de la no coincidencia de horas y el fracaso parcial del vaticinio. Era algo así como una victoria sobre el mundo de las supersticiones hasta en los sueños. Es más, no sé si este sueño tendrá alguna explicación en temas de sueños y la verdad es que tampoco me importa. No sé si Lisboa aparecía ahí porque ya estuve allí, no sé si el animal en el coche tiene relación con ningún otro animal y tampoco si ese taxista reiterativo sería el reflejo del simpático taxista de Bruselas que nos llevaba de vuelta al hotel ... previa llamada a su teléfono.
En fin, cada uno tiene sus obsesiones ;-).
Un saludo, Domingo.
sábado, 24 de enero de 2009
Vigilias, sueños y obsesiones
Etiquetas:
diario
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2 comentarios:
No sé si estás pasando una mala estapa, pero sí es verdad que cuando algo nos preocupa no nos deja pegar ojo. A mí me pasa muy amenudo. Incluso suelo soñar con gente que no veo desde hace siglo. Como hoy, que es domingo, y he madrugado porque ya en la cama no podía más después de un sueño horrible.
Saludos, y que pase rápido la mala racha.
Afortunadamente no se trata de ninguna mala etapa, ni el sueño era horrible ni nada por el estilo. Sólo se trata de momentos que requieren de toda tu atención y concentración y por eso creo que durante el sueño no se llega a desconectar del todo :-).
Un saludo, Domingo.
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